Vestir la mesa con estilo no tiene por qué ser complicado ni reservado solo para ocasiones especiales. Con unos pocos elementos bien elegidos, puedes transformar cualquier comida en casa en una experiencia agradable, acogedora y —por qué no— elegante.
Aquí te dejamos algunas claves para conseguirlo sin esfuerzo:
El mantel, la base de todo
Un buen mantel marca la diferencia. Aporta calidez, estructura y un toque de personalidad a la mesa. Elige tejidos naturales como el lino o el algodón, y opta por colores neutros o suaves si buscas un estilo atemporal. Si quieres algo más especial, un bordado discreto o un ribete contrastado añade elegancia sin recargar.
✔ Consejo rápido: planchar el mantel hace que todo se vea más cuidado, aunque el tejido, como el lino, tenga arrugas naturales.
Servilletas que no pasen desapercibidas
Las servilletas de tela elevan la mesa automáticamente. Puedes doblarlas de forma sencilla o colocarlas dentro del plato para dar un aire más sofisticado. Jugar con colores que contrasten ligeramente con el mantel da un toque visual interesante.
Menos es más pero con intención
No necesitas llenar la mesa para que se vea bien. Unas velas, un jarrón con flores frescas o secas, o incluso un pequeño objeto decorativo bien colocado pueden aportar carácter sin estorbar.
✔ La clave está en la proporción: deja espacio suficiente para que la mesa siga siendo funcional y cómoda.
Repetición y simetría
Colocar los elementos con cierto orden (cubiertos alineados, copas centradas, platos iguales) genera una sensación de armonía. No tiene que ser perfecto, solo coherente. La simetría relaja la vista y aporta equilibrio.
Toques Personales
Una ramita de romero, una tarjeta escrita a mano o una pieza antigua familiar pueden hacer que una mesa sencilla se sienta única. Lo elegante también es lo que tiene historia y cariño.
En Resumen:
La elegancia no está reñida con la simplicidad. Con textiles bonitos, algunos elementos clave y un poco de atención al detalle, puedes crear una mesa que invite a disfrutar, a conversar y a quedarse un rato más.
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