El verano está a la vuelta de la esquina y con él, ese ansiado momento de aligerar la ropa de cama. Sí, ha llegado la hora de despedirnos (temporalmente) de nuestros queridos rellenos nórdicos que tanto nos han abrigado durante el invierno. Pero, ¿sabéis cuál es la mejor manera de guardarlos para que no se estropeen y nos sigan acompañando durante muchos inviernos más?
¡Aquí os lo contamos todo!
Adiós, nórdico. ¡Hola, frescura!
Primero, debemos preparar nuestros nórdicos para su merecido descanso estival. Antes de nada, asegúrate de leer las recomendaciones de nuestro fabricante. Cada nórdico tiene sus propios cuidados, y algunos es preferible lavarlos en la lavandería. Si el tuyo se puede lavar en casa, sigue estos pasos.
Lavado con amor (y bolas de secado)
Para lavar tu nórdico en casa, usa una lavadora con suficiente capacidad para que no quede apretado. Un detergente suave es tu mejor amigo aquí, y por favor, ¡nada de suavizantes ni blanqueadores! Estos productos pueden ser muy agresivos y dañar las fibras delicadas de tu nórdico. Te recomendamos utilizar nuestro jabón bio a base de aceite de oliva que puedes encontrar AQUI. Un truco fantástico que solíamos utilizar, es añadir tres pelotas de tenis al tambor de la lavadora. ¿Para qué? Para evitar que el relleno se apelmace. Pero aún mejor que eso, es utilizar las bolas de secado que están realizadas justamente para esa función. Las tienes AQUI. Utilizando nuestras bolas de secado extenderás la vida útil de toda tu ropa, y son perfectas para el lavado de los rellenos nórdicos. Están fabricadas a mano, una a una, con pura lana merina. Como resultado, absorben mucha más humedad, duran más y cuidan mejor de tu ropa. ¡Manos a la obra!
Enjuague extra: la clave para evitar manchas
Después del lavado, asegúrate de hacer un enjuague extra. Esto ayudará a eliminar cualquier residuo de detergente que podría causar esas temidas manchas amarillentas de guardado. Si tu lavadora es pequeña, no dudes en usar la bañera. Llénala con agua tibia y un poco de detergente suave, y deja que el nórdico se remoje por unos 30 minutos. Luego, enjuaga bien y elimina el exceso de agua presionándolo suavemente.
Secado delicado
¿Tienes secadora? Perfecto. Usa un programa de secado delicado y vuelve a meter las bolas de secado. Esto ayudará a que el relleno recupere su forma esponjosa. Si no tienes secadora, extiende el nórdico en una superficie plana y déjalo secar al aire libre, en un lugar con buena circulación de aire y luz solar indirecta. Recuerda darle la vuelta de vez en cuando para asegurarte de que se seque uniformemente.
Guardado seguro
Ahora que tu nórdico está limpio y seco, es hora de guardarlo. Aunque las bolsas de vacío son muy tentadoras para ahorrar espacio, no son la mejor opción para tus nórdicos. Pueden causar daños y fomentar la humedad, lo que no queremos. Lo más recomendable es usar cajas de cartón o materiales transpirables que permitan que el nórdico ‘respire’. Así, estará en perfectas condiciones para cuando llegue el invierno.
Y voilà, ¡tu nórdico está listo para su siesta veraniega!
Siguiendo estos sencillos pasos, te aseguras de que estará en perfectas condiciones para cuando las temperaturas vuelvan a bajar.
¡Disfruta del verano con una cama fresca y ligera!
Living Los Encajeros